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Reporte Sindical de la FNSI: Nearshoring y la nueva realidad

La relocalización o Nearshoring, encuentra en la economía una definición muy simple: “Acercar la producción al territorio de consumo” pero esto no es tan sencillo como parece. Se trata de un proceso acelerado para la adaptación de formas de trabajo, de procesos, de idiosincrasias, de culturas, de ponerse de acuerdo en los qués, los cómos, los por qués… y todo ello con reloj en mano para no perder la competitividad en ambientes complejos, determinados por la voracidad de la oferta y demanda.

Es tal el frenesí provocado por la relocalización, que la Organización Mundial de Comercio (OMC), estima que el impacto de la mudanza a gran escala de operaciones de la industria podría alcanzar el 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Para darnos una idea, América Latina produce el 8 por ciento del PIB mundial (Banco Mundial), así de relevante es el fenómeno del Nearshoring.

La Organización Mundial de Comercio plantea un escenario en el que existe un riesgo de empobrecimiento de la economía mundial, la pérdida de eficiencia e innovación y la extinción de los recursos “lo que reduciría la capacidad de las economías para abordar problemas como la seguridad social, la transición a energías limpias e inversiones en educación, investigación, desarrollo e infraestructura”.

En nuestro país se gesta un ecosistema de parques industriales enfocados en China, los cuales serán destinados a sus necesidades de producción en materia prima, infraestructura y mano de obra, siendo este último uno de los factores decisivos para el éxito de la aventura oriental, acostumbrada a un entorno cultural diferente del nuestro, en el que los trabajadores atienden a la libre sindicalización para la protección, defensa y mantenimiento de fuentes de empleo digno, decente y bien remunerado.

La Inversión Extranjera Directa de China se disparó un 48 por ciento en 2022, de acuerdo a un informe divulgado por la Universidad Nacional Autónoma de México, lo que convierte al país asiático en el segundo mayor inversor en nuestro país para la relocalización de sus cadenas de suministros.

México deberá asumir el reto del crecimiento empresarial con políticas de sustentabilidad que garanticen a la población el derecho a un entorno saludable, puesto que, de no hacerlo, la contaminación será un tema de salud pública en el corto y mediano plazo.

Sin duda la gran oportunidad que se abre para nuestro país es la posibilidad de acceder a nuevos conocimientos que permitan a nuestra industrial llevar a cabo una transformación gradual de la manufactura a la mente factura, mediante la transferencia de conocimientos y la participación de los sectores público, privado y académico en la renovación de planes de estudio para que nuevas generaciones se adapten con mayor facilidad al cambiante entorno de la Cuarta Revolución Industrial.

Las políticas públicas que busquen incrementar la inversión en formación profesional deben considerar las dos vías para fortalecer la fuerza laboral: mejorar sus capacidades a través de nuevas habilidades para el trabajo que se desempeña (upskilling) y desarrollar habilidades para nuevos trabajos (reskilling).

El Momento Mexicano, ese que tantas veces se ha negado a la mayoría de las y los mexicanos, encuentra una nueva oportunidad en la reconfiguración del panorama económico mundial (extracto del Reporte Sindical: Nearshoring y la nueva realidad; elaborado por la FNSI).

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