Para la OIT, la “nueva normalidad” identifica cuatro posibles escenarios para los sindicatos, cada uno de ellos con diferentes complejidades y acordes al contexto económico de las regiones y países.
Marginación: La continuación de las tasas de sindicación descendentes, en combinación con el envejecimiento de los sindicatos. Esto puede derivar en la marginación gradual de los sindicatos en el mundo.
Dualización: Los sindicatos defienden su posición actual, prestando servicios a los trabajadores más próximos a ellos y de sectores en los que son fuertes; por ejemplo, trabajadores de grandes industrias, del sector público, o que tienen una relación de empleo formal. Esto se haría a costa de otros trabajadores más precarios o de sectores menos representados.
Sustitución: Los sindicatos que afrontan la competencia de otras organizaciones, tales como organizaciones no gubernamentales, otras agencias de intermediación, abogados laboralistas o empleadores; por ejemplo, mediante formas alternativas de participación de los trabajadores, gestionadas por los directivos y sin la participación de los sindicatos.
Revitalización: Los sindicatos buscan tácticas y coaliciones innovadoras, a fin de organizar y defender a todos los trabajadores y de reforzar un diálogo social incluyente y eficaz.
Pero sin duda, uno de los aspectos fundamentales para la supervivencia de los sindicatos es transparentar sus procesos de elección y gestión internos, puesto que la transparencia y la adopción de normas y reglas de operación precisas son fundamentales para generar confianza entre las y los trabajadores, quienes, a final de cuentas, son el motivo de la existencia de los sindicatos.